Perdona por las cosas que dije en invierno.
Martín y Sicilia: puesta en escena de la vida como experiencia;
(Mark Gisbourne).
José Arturo Martín y Javier Sicilia son lo que comúnmente se llamaría en inglés "un doble acto", cuyos orígenes radican en el teatro popular, los "music halls" y el vodevil de finales del siglo XIX y primera mitad del XX
[1]. Si los actos dobles eran originalmente dúos cómicos compuestos de un hombre "recto" y otro "gracioso", lo significativo es que tenían que poseer un sentido compartido de auto-sublimación de la mutualidad. Es decir, uno necesitaba del otro para realizar sus objetivos, el gracioso necesitaba que el recto fuera el complemento a su comedia, y viceversa, ya que el recto se convertía en el blanco de la broma. Así, formaban una sola unidad de propósito. La relevancia para Martin y Sicilia es que un doble acto necesita una estrategia concebida para lograr fines creativos, y ésta es la estrategia de mutualidad sublimada que durante los últimos 20 años ha conformado, de manera similar, los esfuerzos de pintura estratégica y relación de trabajo entre estos dos pintores únicos, nacidos en Tenerife (Islas Canarias, España).
Ya sea al mencionar los casos del siglo XX de Komar y Melamid, Gilbert y George, Fischli y Weiss, los hermanos Chapman, las hermanas Wilson, u otros más transitorios como Ulay y Abramovic, en cada caso se adopta un sentido de mutualidad estratégica para alcanzar cierto objetivo como dos personas que resulta en un único resultado y obra de arte. Lo que lo distingue de las manos de un taller tradicional o de una práctica de estudio es que los límites dentro de la obra, es decir, quién hizo qué, permanecen intencionalmente opacos e indefinidos: dos personas equivalen a una expresión. El mecanismo creativo es una estrategia distinta de la naturaleza o la sublimación elegida de sus identidades individuales emprendidas por los dos artistas. No es de extrañar que Martín y Sicilia hayan sido comparados con el popular dúo cómico madrileño y doble acto Faemino y Cansado
[2].
Además, en un tono más serio y no sin mayor trascendencia, hay una afinidad creativa natural en este emparejamiento artístico canario (ya que no son una pareja sentimental real), marcada desde el principio por estrategias preconcebidas que incluyen un sentido implícito de parodia (subversión) e ironía (inversión). Se unieron como una sola unidad de expresión pictórica durante sus estudios en La Laguna (Tenerife) en 1995, y ambos eran muy conscientes de la reivindicada redundancia que tenía entonces la pintura como medio creativo. Así que, desde el principio, la pareja estableció un posicionamiento estratégico que buscaba una relación con la fotografía y con el potencial del foto-ensayo. Muchas de las pinturas posteriores son elementos dialécticos y reconfigurados a partir de sus fotografías. En consecuencia, la interacción de las sombras fotográficas con la pintura se hizo y sigue siendo central en su trabajo. A la vez, el papel visual de la teatral puesta en escena, la escenificación narrativa, la presentación y el performance participativo como crítica, se sumaron a una forma suavizada del expresivo "realismo sfumare" de su pintura. Sin embargo, debe quedar claro que el enfoque de Martín y Sicilia tiene poco o nada que ver con el foto-realismo convencional. Las primeras pinturas, como
El urinario (1997) o
Cena con Ramiro (1996), reflejaban un tema banal o común
[3]: se basaron en la noción de aquel momento de que lo personal es político, y lo local importaba en términos de rebelión contra el inicio del creciente capitalismo global
[4].
La preocupación por un estado de objetiva y subjetiva auto-reflexión, es decir, la inclusión de los artistas como participantes creativos y como espectadores alusivos dentro de sus pinturas e instalaciones de recortes de madera, ha sido una característica continua. Se da una continuidad muy natural a partir de los foto-ensayos sobre las experiencias de su vida cotidiana. Sin embargo, esto sólo se materializó formalmente en 2002, cuando abandonaron el plano fijo predeterminante de la pintura como símil superficial de la pared y extendieron sus pinturas a través de la asimetría, hacia el espacio de la galería como instalaciones escénicas. Esto coincidió con su traslado a Madrid. Una instalación de pintura que constituye una transición importante a este respecto es
Remesa de niños adoptados (2002/3). Los artistas se muestran a sí mismos como siluetas pintadas, exentas, y reuniendo los mismos bebés clonados que cuelgan en una cuerda de secar o meten en cubos de plástico. Si bien podemos leerlo como referente a la provocativa mercantilización de la vida humana, o parodia del cuento de hadas del abandono de los huérfanos, también ahonda en un creciente estado de politización ideológica que continuará en su trabajo durante la primera década del siglo XXI.
En su etapa de Madrid y en la siguiente de Berlín, aunque su trabajo seguía nutriéndose predominantemente de la establecida base local y se cargaba políticamente del ambiente nacional del momento, su sutileza promovió la crítica continua hacia lo que consideraban la llegada de la crisis del capitalismo dominado por hombres. El tema de un tiempo de crisis ya había sido prefigurado en la serie de ensayos fotográficos
En Tiempos difíciles (2000). El gran grupo de madera recortada
El Brindis (2005), que pone en primer plano a los artistas brindando como aspirantes a pseudo-Generalísimo y su banda de soldados masculinos acompañantes, es parodia explícita y satírica ironía que promueve este fin
[5]. La falta de resistencia política y el consumismo pasivo, distraído y zombi, una huida del mundo, están representados de manera oblicua en
Bajo la mesa (2007), donde el joven burgués se esconde atemorizado por las realidades del mundo. El escape es a menudo una metáfora en las siluetas exentas, al tiempo que estas pinturas recortadas se esparcen en piezas de instalación dentro del campo extendido del espacio expositivo.
Es ciertamente el caso de
Éxodo (2008), que presenta algo así como un susto después de una fiesta o de una bomba, en el que los burgueses adinerados están de pie en el estado semi-confuso y distraído de un zombi. Este estado de distracción a menudo aparece como un símbolo en sus pinturas y fotografías, como es evidente en el trabajo fotográfico
Fiesta Báquica (2002), que muestra al distraído José Martín mirando por una ventana, y en el cuadro
Las tentaciones de José y Javi (2002), reflejando problemas de ambivalente deseo y distracción. Una característica de las siluetas exentas es que se pueden reconfigurar en variantes de instalaciones relacionadas. Estas siluetas pintadas son decididamente dibujos barrocos y teatrales, tal y como se hacía en las escenografías de bailes de máscaras y en las primeras óperas, donde se podían meter y sacar del escenario a conveniencia. En las mascaradas, los objetivos eran a menudo políticos y propagandistas, y es esto lo que hace que su uso moderno sea satírico y discretamente humorístico, cómplices como las figuras móviles que se usan en los teatros infantiles de juguete y en las casas de muñecas.
También hay que decir que en sus composiciones afloran el cine, los medios de comunicación, la literatura y muchas otras fuentes, incluida la tradición histórica de la pintura española (las referencias a Velázquez son frecuentes). Las instalaciones de grandes siluetas recortadas de 2008-2011 fueron proféticas: trataban la caída del capitalismo dominado por hombres que derivó en la crisis de esos años. Utilizando referencias oblicuas, tal vez al libro de J. G. Ballard y a la película
Crash (2004), las instalaciones representaban depósitos de coches apilados y trajeados corredores de bolsa enloquecidos y en estado de pánico masculino
[6]. El tema de la parodia masculina fue también el objetivo de
Catálogo de Bigotes (2011), donde los bigotes, tradicionalmente asociados al estatus machista del varón español, se repiten en la misma cara de José con 21 variaciones.
En las últimas cinco décadas, como se ve en la actual mini-retrospectiva de las exposiciones de La Laguna y Las Palmas (Islas Canarias), los artistas han vuelto en gran medida a la bidimensionalidad de la pared
[7]. Pero esto no significa que sea siempre una característica distintivamente aparte, como se ve en los recortes de siluetas, sino un medio interactivo o dialéctico a través del performance y/o la presentación, como en
Déle color al difunto (2013). Sin embargo, en una obra como
Los Cerdos (2013), han creado una integración asimétrica con el panel pictórico que lo acompaña, ofreciendo un desarrollo a medio camino entre los dos tratamientos formales que usaban anteriormente. También es notable un retorno a las preocupaciones locales y nacionales, como en la pintura del extinto volcán
Teide (2017), las omnipresentes máquinas tragaperras de
Tragaperras (2017), o el mundo fantástico de maquillaje y payasadas de
Maga (2017). Es relevante que éste, uno de los trabajos más recientes, presente una figura solitaria y perdida frente a unos espejos de maquillaje de teatro. Es una visión crucial en nuestra comprensión de la puesta en escena de la identidad y, por tanto, nos permite comprender en parte el arte de Martín & Sicilia.
[1] Mark Gisbourne,
Double Act,: Two Artists One Expression, Munich-London-Berlin-New York, Prestel, 2007.
[2] Juan Carlos Arroyo Urbina, 1957 (Carlos Faemino), y Ángel Javier Pozuelo Gómez, 1957 (Javier Cansado), se reunieron en Madrid en 1980 formando un "doble acto", como humoristas a los que se atribuye ser tanto surrealistas como absurdos. El sitio web oficial es faeminoycansado.com.
[3] En un aspecto humorístico,
El Urinario puede ser una referencia oblicua al “objeto encontrado (ready-made)” de Marcel Duchamp, que abandonó el “arte retiniano” (es decir, la pintura) como una forma obsoleta.
[4] Esta actitud se vio acrecentada por el viaje de los artistas a Bamako, Malí, en 2001, donde experimentaron los amargos efectos y consecuencias del capitalismo occidental. Ver
Martín y Sicila: Black Friday, TEA (Tenerife Espacio de las Artes, 28 abril - 4 septiembre), Santa Cruz de Tenerife, 2011, p. 22. Las primeras protestas definidas activamente del movimiento anti-globalización comenzaron en muchas ciudades de todo el mundo el 18 junio de 1999.
[5] Para el compromiso contextual con esta obra satírica ver la obra del artista-escritor cubano Dennys Matos
Arte, Sátira ... ¡Subversión! ... 5 visiones ibero-americanas, Paisajes: Metáforas de nuestro tiempo, Barcelona, 2009, p. 83-92 (p.87). Los ensayos tratan del papel subversivo del objeto doméstico como una crítica económica social.
[6] Estas instalaciones fueron ampliamente reproducidas y objeto de la exposición
Martín y Sicilia: Black Friday, TEA -Tenerife Espacio de las Artes (28 de abril - 4 de septiembre), Santa Cruz de Tenerife, 2011.
[7] Martín & Sicilia,
El Manual de Conceptos, sala de exposiciones del Instituto de Canarias Cabrera Pinto, La Laguna (25 de noviembre, 2016 - 22 de enero de 2017), en gira al Centro de Arte La Regenta, Las Palmas de Gran Canaria, en 2017.